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¿La suprema corte de justicia de la nación está lista para la cuarta revolución industrial?

En el dinámico escenario de la Propiedad Intelectual, nos encontramos frente a un momento trascendental. La llegada de la inteligencia artificial ha desatado un debate de suma importancia: ¿pueden las entidades sintéticas adquirir personalidad jurídica y, consecuentemente, derechos de autor? Esta interrogante, que hasta hace poco parecía pertenecer únicamente al ámbito de la ciencia ficción, está siendo abordada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La inteligencia artificial ha transformado radicalmente nuestra concepción de la creación intelectual. Algoritmos y sistemas de IA son capaces de generar obras artísticas, composiciones musicales, textos literarios y otros tipos de creaciones que desafían la noción tradicional de autoría. En este contexto, resulta crucial el asunto que enfrenta esta Primera Sala, ya que plantea desafíos éticos y legales complejos. ¿Cómo podemos asegurar la responsabilidad de una IA en caso de infringir derechos de autor? ¿Quién debería ser considerado el titular de los derechos en el caso de obras generadas por sistemas de IA: ¿el creador humano que diseñó el algoritmo o la propia IA?


¿LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN ESTÁ LISTA PARA LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?
En este sentido, es igualmente relevante considerar la propuesta de reforma respecto a la designación de ministros por voto popular, ya que la importancia de contar con expertos altamente capacitados en temas tan trascendentales como la propiedad intelectual y la inteligencia artificial no puede ser subestimada. Asimismo, la elección de personas no preparadas para abordar estos temas podría poner en riesgo la integridad del sistema judicial en asuntos de esta índole.

En conclusión, nos encontramos ante un momento crucial que demanda una reflexión profunda sobre el papel de la ley en una sociedad en constante transformación, en donde la decisión final no solo establecerá un precedente legal, sino que también determinará la dirección que tomará la protección de la propiedad intelectual en la era de la inteligencia artificial.
Es esencial garantizar que esta decisión se tome con la mayor objetividad y conocimiento técnico posible, por tanto, considero que la elección de los ministros no debería hacerse mediante voto popular, sino que deberían ser personas con una sólida carrera judicial que respalde su experiencia y expertise para abordar los desafíos que nos depara esta cuarta revolución industrial.